18/5/16

Guía de la Web of Science (versión 3)

Los usuarios habituales de la Web of Science nos hemos encontrado en los últimos tiempos, ya no digamos desde la segunda versión de la misma guía, con algunos cambios en su manejo. Remarco la desaparición del campo donde podíamos buscar directamente el nombre de una institución o el nombre de un expediente de un proyecto.
No es menor ni mucho menos el cambio de la interfaz para interrogar las variables bibliométricas en el Journal Citation Reports. El uso al que estábamos acostumbrados nos ofrecía tablas en las que era posible establecer una comparativa inmediata entre dos revistas de la misma especialidad. Ahora esta operación -no sé si transitoriamente- nos exige una clave adicional a la que se interpone al iniciar una búsqueda en la plataforma.
A bote pronto desde el punto de vista práctico parece inexplicable que una plataforma introduzca cambios tan gruesos y que no permiten una adaptación inmediata. Estamos acostumbrados a bases de datos como PubMed en que se incorporan elementos nuevos, razonadamente, pero sin que la renovación suponga dedicar un tiempo a hacerse con las novedades. De forma superficial, sin que podamos ahora detenernos más, aparentemente al menos no observamos ninguna mejora ni substancial ni insubstancial. Al contrario. Seguiremos considerando estos cambios sobre todo a la luz de su utilización y el rendimiento.
Me pregunto si es oportuno establecer una asociación entre la inestabilidad formal de las plataformas que no dependen como PubMed de la administración pública, sino de empresas crematísticas, y sus fines. Podría decirse que la administración pública persigue una cierta estabilidad y un compromiso con los resultados y el servicio mientras que los productos comerciales persiguen leyes mercadotécnicas de estirpe extraña.
Para el usuario de JCR acostumbrado a ver en una sola tabla todos los valores bibliométricos al uso podemos apuntar que en la actualidad la tabla que vemos es parametrizable siempre que nos registremos y usemos nuestra cuenta.

6/5/16

Who's downloading pirated papers

Who’s downloading pirated papers? Everyone es el título de un artículo publicado recientemente en la revista Science sobre Sci-hub, la web pirata más grande de información académica o científica, con cerca de 50 millones de documentos. La web la creó Alexandra Elbakyan el año 2011, una neurocientífica. Lo que me interesa remarcar de este artículo, que es de libre acceso por cierto, es que el autor John Bohannon en colaboración con Elbakyan constata que la web es usada incluso por quienes se supone que tienen acceso a las revistas que piratean: 
Some critics of Sci-Hub have complained that many users can access the same papers through their libraries but turn to Sci-Hub instead—for convenience rather than necessity. The data provide some support for that claim. The United States is the fifth largest downloader after Russia, and a quarter of the Sci-Hub requests for papers came from the 34 members of the Organization for Economic Co-operation and Development, the wealthiest nations with, supposedly, the best journal access. In fact, some of the most intense use of Sci-Hub appears to be happening on the campuses of U.S. and European universities. 
Quienes han usado Sci-hub aprecian efectivamente lo fácil y cómodo que es uso. Es posible descargar muchos artículos simplemente a través de su título o el DOI (Digital Object Identification) que de forma unívoca los identifica en la mayor parte de los casos. Sci-hub es una web que cumple su función y lo hace “limpiamente” (si se me permite aquí el término) con un diseño simple. Permite acceder a los artículos de una forma que es muchísimo más intrincada y tediosa cuando usamos una biblioteca digital de cualquiera de nuestras instituciones. Si un artículo se busca siguiendo la ruta que nos lleva al número donde está la publicación, el proceso supone clicar varios enlaces de webs sobrecargadas de información muchas veces irrelevante. 
Hay grandes bibliotecas que ofrecen la instalación de un script de aquellos que ejecutan un archivo de órdenes en cada plataforma en la que se alojan las revistas. PubMed ofrece a las bibliotecas la posibilidad de conectar sus fondos a los registros bibliográficos, pero en mi experiencia los fallos son desconcertantes y para el usuario no experto acceder a las publicaciones que le interesan no es fácil y a veces le produce frustración. 
El hecho de que cada biblioteca y cada editor disponga los elementos de su web como mejor le parece, sin atender a unos estándares de sensatez y legibilidad, no facilita la consulta de las revistas. Si bien es cierto que unas pocas plataformas concentran la gran parte de las revistas y esto hace que de alguna manera los usuarios se puedan familiarizar con los recursos, también es verdad que los editores deciden periódicamente actualizar la interfaz y darle un aire renovado, cosa que se convierte en otro obstáculo. 
Aunque el reto de la joven Elbakyan va indirectamente contra la propiedad intelectual y todo lo que constituye en buena parte el fundamento de una buena parte de nuestra organización social y económica, impone sobre la mesa la oportunidad de revisar el modelo de edición y de difusión de la información, claramente insostenible.

Alexandra Elbakyan

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