29/5/15

El efecto Mateo

e han visto últimamente por muchos sitios ejemplares de un libro que apareció por primera vez el año 2010. El libro se titula La cocina de la salud y lo firman por este orden Ferran Adrià, Valentí Fuster y Josep Corbella. El tercer autor es periodista de La Vanguardia, no el psiquiatra. Si se ha vuelto a mostrar en los quioscos y en las librerías este libro de divulgación es posiblemente porque se ha hecho una segunda edición, no lo sé. En cualquier caso al ver los tres nombres juntos me acordé del llamado efecto Mateo,  el cual -entre otras cosas- "puede observarse en la mayor estimación o reconocimiento personal que reciben los escritores, artistas, cineastas o científicos que ya son prestigiosos frente a otros menos conocidos."
De hecho, si llevamos el efecto Mateo a una de sus expresiones más logradas es fácil adivinar que algunos editores busquen a personas renombradas para sacar libros que ni siquiera tienen por qué haber escrito, en el sentido tradicional de la palabra "escribir". Hay un "negro" o, en inglés suena diferente, un "ghost writer" que hace el trabajo duro de redacción, documentándose en publicaciones o declaraciones que han hecho los autores visibles, cuyos nombres garantizarán el éxito del producto final, que llevado al lenguaje gastronómico podríamos considerar un "refrito" o bien una "macedonia", según.
Desde las Etimologías de San Isidoro de Sevilla, considerada una obra enciclopédica, hasta un artículo reciente de Física con más de cinco mil "autores" hay todo un abanico de posibilidades. El concepto de autor que había en el mundo que me vio nacer era prácticamente el que desarrollaron los renacentistas italianos, muy pegado al concepto de fama e inmortalidad. Pero la industria editorial ha creado lo que se llama "productos" y ha orquestado "tendencias" que nos hablan de otra noción para "autor" alejada del auctor latino y escora desde la creatividad a la responsabilidad. Por encarnar el meollo de la cuestión en un ejemplo cercano, diríamos que Valentí Fuster o Ferran Adrià son claramente responsables del contenido del libro titulado La cocina de la salud  y posiblemente también son los autores (aunque me cueste creerlo).
En la base de datos Scopus el día de hoy se recopilan 1184 artículos científicos en cuya autoría participaron 150 autores, uno de los cuales es Valentí Fuster (en su filiación de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai de Nueva York). En la misma base de datos el físico P. W. Higgs tiene solamente 5 documentos.  En Web of Science, 22.
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Se sabe que la documentación es algo que acompaña todo el proceso de la investigación, la publicación, la difusión, pero nunca se ha considerado más que en la parte de la responsabilidad y esto muy poco. La documentación sirve para completar la formación e información previas y sirve para verificar y valorar mejor la información de que ya se dispone. También ayuda a prever y last but not least permite usar mejor el lenguaje y la terminología. La ilustración que presento es ideal para reflejar bien lo que acabo de decir, especialmente porque la viñeta dedicada al proceso de documentación es muy elocuente y a su vez "documenta" o se corresponde con el desbarajuste de las contribuciones.

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