14/12/11

Kindle sorpresa

Kindle sorpresa




ace unos días me regalaron un Kindle de 99 euros. Pienso que es uno de los últimos libros con tinta electrónica que Amazon vendió desde Estados Unidos, porque cuando lo recibí ya se podía comprar en Amazon España. He descargado del propio Amazon algunos libros que son gratuitos y 5 diccionarios que se me preinstalaron como por arte de magia por el wifi. También me he bajado unos textos del Proyecto Gutenberg y otros que están en internet que se pueden leer después de “pedificarlos” o convertirlos al formato pdf, cosa que yo aprovecho para de paso agrandar la letra. No creo que por el momento compre ningún libro-e por la sencilla razón de que hay precios que me parecen abusivos. Pero como es natural si necesito algún libro cuyo precio me parezca razonable y no pretenda conservar, es posible que pague lo que me pidan.

Aunque los factores técnicos están bastante conseguidos y la lectura si no resulta agradable por lo menos no disgusta, mis reticencias son básicamente dos: que los libros-e que facilita el Kindle de Amazon son del comprador hasta cierto punto, porque lo que se compra es una licencia de lectura para el chisme que les has comprado, pero no se puede leer en otro cacharro. No es que yo haya prestado muchos o pocos libros convencionales (en mi vida privada, se entiende), pero ya sabemos que el hecho de que un libro lo podamos ir pasando de mano en mano lo hace muy rentable. Si quiero dejar a alguien leer un libro de mi Kindle tengo que dejarle el cacharro, con lo que le dejo también esos 1500 libros que tiene de capacidad. Además, cuando yo me compro un cepillo de dientes o cualquier otra cosa que solo voy a usar yo, nadie se entera de cuando lo uso, pero me temo que el Kindle activa en el DRM o gestor de derechos digitales que hay en los metadatos del libro en cuestión una especie de información sobre el uso que voy haciendo del documento, con lo que exactamente igual que ocurre con el móvil y otras moderneces estoy más controlada que yo que sé.

Yo me acuerdo que allá por el Pleistoceno Superior, cuando yo estudié Biblioteconomía y Documentación, que algún profesor nos explicó que los préstamos eran información confidencial. Es decir que cuando alguien pide y obtiene un libro o lo que sea en préstamo nadie más debe saberlo. Esto venía porque durante la Segunda Guerra Mundial sobre todo hubo una caza de brujas de gente que se había constatado que había leído según qué libros. Se obligó a los bibliotecarios a dar esa información. No sé de ningún colega que esté al caso de esta condición de confidencialidad de nuestro trabajo. La otra condición, aunque no venga ahora a ese caso, es la de que cuando alguien muestra interés por un tema y le ayudas a encontrar bibliografía, eso también es confidencial. Y si el día siguiente otro usuario te pide que le ayudes a buscar bibliografía sobre el mismo tema, has de hacer como si fuera la primera vez. Todo lo más que se puede intentar es dar a entender que recuerdas que alguien más está interesado por el tema, pero no estoy segura de que con eso no se incurra en una falta ética.

Pues ahora todo eso de la confidencialidad del préstamo hace reír al lado del estrecho seguimiento que hacen de nuestro rastro digital todas las redes sociales, el Google Analytics, el Bit.ly y todo lo que se les pueda ocurrir. De  manera que intuyo que pronto será del orden del día que se cree una demanda de expertos en invisibilidad. Mi visibilidad no creo que tenga la menor importancia, mi reputación digital menos. Sin embargo estoy convencida de que hay otras personas más vulnerables.

La incompetencia desleal

Siguiendo con el desconcierto y las moderneces, leo hoy en “El País” por lo menos dos noticias que amenazan el fair play y que serían ejemplos de competencia desleal. Una, la noticia de que el modelo llamado Andrej Pejic ha posado con un push-up para una marca de lencería femenina. Pueden ver en la foto que lleva un soutien o sujetador pero que va vestido con un vestido clásico negro de fondo de armario (little black dress) que solo deja ver la tira de la izquierda de la pieza, también negra: “La compañía danesa Hema ha elegido el look de este andrógino australiano de origen serbio de 20 años, que en 2011 saltó a la popularidad desfilando colecciones femeninas de diseñadores de la talla de Jean Paul Gaultier y Vivienne Westwood, para demostrar que sus sostenes son capaces de dar una apariencia curvilínea hasta a unos pechos que no existen”. El representante de Pejic asevera que la campaña es “revolucionaria”. Me parece muchísimo más acertada una frase que sale hoy 1720 veces en Google: que Andrej Pejic es como “Kate Moss con polla”.  Y me gusta porque remacha esa sofistificación. Me sabe mal añadir por mi parte que me gustaría saber a quien va dirigida publicitariamente hablando la androginia. En mi modesta opinión estos gustos están emparentados con el estilo lacedemonio o pederasta de los aristócratas griegos, sin más, por lo tanto lo único que añaden es algo que podría pasar por exquisito si no fuera tan exiguo.


La segunda noticia de “El País” implica a Amazon, que ha lanzado un servicio que permite a sus usuarios comparar precios usando el móvil, de manera que pueden entrar en un comercio, escanear el precio y ver el mismo producto cómo se oferta en la tienda virtual de Amazon al momento, en tiempo real. Veo en algún comentario que hay quien dice que Amazon España tributa en Luxemburgo, que hay quien dice que no hay que oponerse al progreso tecnológico, etcétera. Lo que aún nadie ha dado, siguiendo con Amazon, es una explicación a que cueste lo mismo un producto que ha sido distribuido de una manera tradicional o convencional que el mismo producto distribuido de otra manera, con una logística basada en internet (aunque luego cueste Dios y ayuda que la mensajería te la lleve a donde has estipulado) y menos intermediarios. No puede ser ni por casualidad que cueste lo mismo.


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7/10/11

El hilo negro

"Tous les vices à la mode passent pour vertus"
(Todos los vicios, cuando están de moda, pasan por virtudes)
"Molière"



l término Web 2.0. proviene de las entrañas del año 2004. La Web precedente era unidireccional o meramente informativa, se basaba en páginas que prácticamente no se actualizaban o que requerían conocimientos técnicos ingentes. La Web 2.0. no fue tanto una novedad tecnológica de la World Wide Web como un cambio de actitud. Ha permitido a los usuarios interactuar con otros usuarios (redes sociales) o cambiar el contenido de los lugares web (inteligencia colectiva). La Web 2.0. es en consecuencia todo un fenómeno social y facilita compartir información en aplicaciones de diseño centrado en el usuario. Nuestra visibilidad en la Web 2.0., nuestra identidad, sea privada o sea corporativa, están siempre vinculadas a las cuentas en las que nos registramos para participar. Y las cuentas están a su vez vinculadas a una dirección electrónica de correo, a un nombre y también a una imagen o avatar característico.
En este blog ya me he referido alguna vez a las sombras de las redes sociales: la conducta alegal de algunos usuarios, el terciarismo (noticias de noticias de noticias de noticias que circulan como autoreplicantes vampíricamente por los cuellos de los incautos), las faltas de netiqueta, la banalidad, su fácil propagación y el empacho que causa todo ello. No cabe duda de que Facebook nació como algo muy útil y que venía a resolver la distancia, la sincronicidad, la inclusión de contenidos dispares, su integración. La "ingeniería" de su estanqueidad lleva horas como para que luego por un resquicio alguien de anchas miras nos asalte la intimidad y la privacidad sin apenas darse cuenta de lo que hace ni para qué. Twitter, que tiene un halo más geek, más respetable y "como" más profesional (?) también acaba por decepcionar a no ser que con el tiempo la gente se de cuenta de que tiene que descargar de retweets el escritorio y no poner más de un número razonable de tweets al día y eso con tiento y ofreciendo un contenido que vaya más allá del tedium vitae y de decir "estoy en la parada del autobús" o "me he comido una pizza".
A pesar de que Twitter se acostumbra a asociar a Facebook es más bien una herramienta de micromensajería. Los clientes de Twitter escriben mensajes de 140 caracteres. Y no porque haya una tarifa plana que restrinja el uso a ese formato, no, es porque se habrá estudiado que esa es la longitud conveniente para poner a prueba el ingenio o la lectura rápida. Como el resto de las redes sociales no cuesta ni un duro tener una cuenta en Twitter, a no ser -digo yo- que alguien justifique su jornada laboral poniendo tweets o "tuits", que también podría ser, sobre todo a costa de las cacareadas imágenes corporativas, los community managers de la última (?) hornada y cualquier modernez o moda por el estilo. Como es natural si la gente tuviera que pagar por leer según que tweets, el invento duraría un par de telediarios.
A pesar de que el retweet antedicho es un indicador del interés que ha despertado un tweet o su emisor, abundan en demasía y son más pesados que un elefante o dos en brazos. La particularidad de Twitter son sin duda las etiquetas o hashtags, que en un momento dado nos permeten congregar una reunión virtual en tiempo real entorno a un tema. También sin duda es interesante la función de poder automatizar la publicación de tweets mediante los agregadores RSS. Es de esta manera como muchas instituciones generan contenidos automáticamente y a veces masivamente. Permítanme que les diga además que he observado  que algunos acortadores de URL atraen phishing o gérmenes ensidiosos parasitarios que nos redireccionaran mal nuestros favoritos cuando los usemos, y en vez de entrar en este blog igual entramos en una página china, donde lo de menos es que esté en chino.

Tal vez porque las redes sociales se han convertido en el refugio de los ratos muertos o de la ansiedad, o porque son un recurso gratuito donde cualquiera puede levantar un imperio a su medida o porque no hay que hacer un particular esfuerzo para incorporar contenidos, es prácticamente imposible combatir su ahora incuestionada popularidad. Y sin embargo yo diría que tiene el tiempo contado y que ya parece el Twitter más viejo que el hilo negro. Toda la escoria informativa no deja de ser a su manera basura. Ya les dije aquí que le había oído afirmar a Iñaki Gabilondo que los programas de televisión más baratos son las tertulias, la telebasura, por mucho caché que tengan o adquieran los participantes. Un programa que incluya una entrevista es carísimo, y un programa informativo de verdad (sobre todo de información local) ni digamos.


"El hilo negro" está protegido por una licencia SafeCreative. 
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25/9/11

Casos reales

"O que se cala sempre se pode decir; o que se di, nunca se pode calar"
Refranero gallego

uelen verse en las series televisivas donde aparecen hospitales por lo menos dos situaciones que son irreales. Una, la de que se da asistencia urgente a un paciente, incluida la reanimación, delante de su familia. Otra, la de informar sobre el estado de salud de un ingresado con total libertad. Como la primera situación ya se ve que busca el dramatismo y cualquiera puede entender que es nefasta para todos los implicados, en la vida real, paso directamente a la segunda situación, la que conculca la confidencialidad de los datos clínicos de los pacientes.
El título del post hace honor no solo a aquella apostilla que aparece en algunas teleseries ("basada en hechos reales") sino que pretendo denunciar un fake internetero que corre estos días por los correos electrónicos y que transcribo en nota como ejemplo y modelo de lo que no puede ser y además no debe ser ni debe de ser (*).  Los primeros que tenemos que saber que el estado de salud de un paciente es confidencial somos los trabajadores sanitarios y no sanitarios de un centro hospitalario. Incluso lo es el diagnóstico y el tratamiento y por supuesto si está ingresado o lo estuvo o no.
Hace años, en el servicio de Documentación Clínica de un hospital de tercer nivel atendí la llamada de alguien que se presentó como una voluntaria de Cruz Roja que había hecho los primeros auxilios a un accidentado de tráfico que se había encargado de traer a nuestras Urgencias. Quería saber si el accidentado tenía el virus HIV y para sonsacarme la información recurrió a los pormenores de las heridas del siniestrado. Mientras yo no soltaba prenda y ella me iba describiendo como estaba todo lleno de sangre y demás, yo iba mirando en mi pantalla los datos que había sobre el nombre que ella me había proporcionado. Quiero decir con ello que yo podía acceder prácticamente a toda la información que había sobre el individuo, pero que no por eso podía darla. Después de atender la llamada hasta donde yo supe, la pasé a la responsable de nuestro servicio, que además le informaría de las alternativas que tendría, que las hay.
Otros casos reales tenían que ver con chungueces relacionadas con seguros y divorcios y enfermos terminales y herencias legítimas e ilegítimas, tema que entraña una crudeza tan sórdida y que demuestra tan mezquinamente la bajeza en que caen algunas personas por codicia, que prefiero solo dejarlo enunciado. Pero sí, hay personas que se interesan por el estado de salud de su ex-mujer o ex-marido, etcétera, simplemente por razones económicas. 
Hay casos reales muy comunes y no porque sean frecuentes tenemos que pensar que son admisibles, que se dan cuando el propio personal del hospital enferma. Lo correcto sería interesarse por la mejora de su salud y no preguntar ni por supuesto pedir más explicaciones. "Espero que se recupere pronto" ya deja por sentado nuestro interés e invita a que se nos diga todo lo más que el restablecimiento está garantizado o que en pocos días volverá a su puesto de trabajo nuestro compañero. Todo lo que se diga de más es faltar a la intimidad y a la confidencialidad. 
Sin duda el caso real más truculento que conozco es el de dos compañeras que se tenían un cierto rencor y mucha inquina. Una de ellas, que todo el mundo sabía que tenía un lío de larga duración con un señor casado, llevó al laboratorio una prueba de embarazo a nombre de la otra. No se dirá que la idea no fuese de lo más sagaz y por encima pérfida.


___________

(*) "EL PACIENTE DE LA 376. CASO REAL , CORTITO Y MUY BUENO. HECHO REAL (Ring, ring, ring)- Hospital Xeral de Lugo bos días.
- Si, Buenos días, quisiera hablar con alguien que me de información sobre un paciente que está internado.
- ¿De qué paciente se trata?
- Se llama Antonio Comesaña Otero y está en la habitación 376.
- Un momento, le paso a enfermería.
- Buenos días, habla la enfermera Luisa Casal , ¿en qué puedo ayudarle?
- Quisiera saber las condiciones clínicas del paciente Antonio Comesaña Otero de la habitación 376, por favor.
-Un minuto que voy a localizar al médico de guardia.
- Buenos días, habla el doctor Quirós, ¿en qué puedo ayudarlo?
- Verá doctor, quisiera que me informasen sobre el estado de salud de Antonio Comesaña Otero de la habitación 376.
- A ver, un minuto que consulto la ficha del paciente.
- Bueno, gracias
-Aquí está. Veamos, hoy se alimentó bien, la presión y el pulso se mantienen estables y está respondiendo bien a la medicación por lo que mañana le retiraremos el monitor cardíaco, si continua en esta línea le daremos el alta en dos o tres días.
- ¡Muchas gracias doctor, no sabe usted la buena noticia que acaba de darme! ¡Joder que alegría!
- Me alegro hombre, ¿quién es? ¿Su padre?
- No, no, que va, yo soy Antonio Comesaña Otero y estoy llamando desde la habitación 376, lo que pasa es que aquí todo el mundo entra y sale del cuarto cuando le sale de la polla, parece que hablan entre ustedes en chino y a mí ni Dios me dice un carallo."

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20/9/11

Telepredicación

"La mediocridad es la incapacidad de apreciar, aspirar y admirar la excelencia. El primer grado es el simple, que ni le importa ni la entiende, y es feliz con la satisfacción de sus necesidades básicas. El segundo es el fatuo, que quiere ser excelente, aunque no entiende en qué puede eso consistir, por lo que sólo puede imitar, copiar o fingir. No es dañino, aunque, si tiene un puesto importante, puede agobiar a los demás con exigencias burocráticas que sólo pretenden dar la impresión de que está haciendo algo importante. El verdaderamente peligroso es el mediocre inoperante activo, ser maligno incapaz de crear nada valioso, pero que detesta e intenta destruir a todo aquél que muestre algún rasgo de excelencia" (Luis de Rivera en "La Vanguardia")



endríamos que considerar dentro de la mediocridad llamada fatua la manía de regodearse en la burla y el desprecio. Estoy pensando en uno de los  modelos más claros, Ferran Monegal, el director de un programa de BTV -una de las televisiones públicas que soportamos en Barcelona-, "Telemonegal", que trata sobre la telebasura y demás. Ferran Monegal copia o imita los telediarios y toda la bazofia que pretenden darnos, no las sirve con honda (que no con onda o buena onda) y en un tono de voz a medio camino entre el telepredicador , el pseudocientífico y el vocero indignado corona el refrito con un lapo de bilis más cítrico que crítico.  Es evidente que al escrachar, como se dice en la Argentina, la figura de este periodista yo misma caigo en aquello que critico y así, ojo por ojo diente por diente, nos va yendo.
El domingo me sorprendió en el programa "Lágrimas en la lluvia", de la denostada Intereconomía, la intervención del Profesor Manuel Carreira, jesuita, astrofísico, teólogo y si no recuerdo mal también filósofo. Por lo general suelo usar las titulaciones con mucho cuidado, de manera que acostumbro a reservar por ejemplo la palabra "filólogo" no para los que han obtenido una licenciatura o un doctorado o un grado en Filología, sino por los que han hecho algo por la Filología. Manías que tiene una. El padre Carreira hablaba con la precisión y la claridad propias tanto del científico "de verdad" como de las otras disciplinas que ha estudiado que simplemente, de acuerdo con la moderna distribución del saber, no son científicas porque no tratan sobre la materia. Hablaba tan bien precisamente del enfrentamiento o no de la fe y la ciencia, que los otros participantes del debate -que no eran mediocres ni mucho menos- ostensiblemente le cedían su tiempo. Solo por eso, por ver una tertulia donde los participantes no se atropellan, valía la pena ver el programa. Hace un año aquí tuve mi modesta reflexión sobre el libro que estaba a punto de publicar Stephen Hawking y en especial sobre una de las frases que pillé en un extracto que como primicia había publicado "The Times": “Because there is a law such as gravity, the universe can and will create itself from nothing. Spontaneous creation is the reason there is something rather than nothing, why the universe exists, why we exist” (Stephen Hawking, The grand design). El Prof. Carreira demostró anteayer como esa aseveración y otras del libro carecen de fundamento científico e incluso me pareció que las conceptuaba de "estupidez", cosa que desde mi ignorancia yo también había advertido. ¿Qué razones movieron a Hawking a publicar una estupidez declarada y sin rigor científico alguno?
Estos días se ha estrenado precisamente "El árbol de la vida" (Terrence Malick, 2011) aunque tengo la sensación de que es una especie de macropowerpoint y yo espero del cine otra cosa. De todas maneras ha recibido muy buena crítica, según tengo entendido, de modo que ya va a resultar difícil y antipático introducir ni una sola idea que cuestione su valor. En cualquier caso no sé si la veré. Hace unos años había que ir a ver 30 películas para ver 1 que fuera realmente potente; ahora hay que ver 300. 
Cuidado, si seguimos así todos nos vamos a convertir en telepredicadores.
Saul Steinberg, "Communication"
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 2022: 2212162883492
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23/6/11

Scopus

El control bibliográfico de la producción de los autores de un hospital o una universidad como resultado de sus investigaciones y de su práctica asistencial es necesaria para probar el rendimiento de la gestión y del personal e incidir en la política científica. El pasado mes de febrero la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT)  conjuntamente con el grupo de investigación SCImago han publicado (*)  un estudio sobre la producción bibliográfica española el año 2008 y se puede apreciar que nuestro Hospital del Vall d'Hebron ocupa un lugar prominente.


Como el equipo que ha elaborado el informe dice haber usado Scopus como fuente de información, he dado un primer vistazo a esta plataforma, que nunca antes había usado. Aparte de que he hecho una pequeña guía para iniciar a otros usuarios no puedo o no debo extraer más conclusiones. Lo que sí no quiero dejar de observar es el hecho de que el índice h se extraiga de las citaciones posteriores a 1995 (**) y que este pequeño detalle no esté más que apenas destacado en gris clarito en la pantalla, como si se dijera "con la boca pequeña". En mi opinión no es cualquier cosa, ya que el índice h no coincidirá con el que se pueda calcular a a la vista de los resultados en la propia tabla de Scopus y ya no digamos en la Web of Knowledge. Pero, como se decía hace unos años ante una desconexión televisiva, "permanezcan atentos a sus pantallas".



(*) El estudio puede descargarse en la seguiente página: http://icono.fecyt.es/contenido.asp?dir=05%29Publi/AA%29IBACE (consulta: 19 de junio de 2011)

 (**) El 27 de marzo de 2014 el blog de Scopus anuncia el proyecto de expandir el análisis de las citas al periodo anterior a 1996.

(***) Vr. 2.2. de la guía de Scopus

7/6/11

Creativos y seguros (SafeCreative)




a licencia de Creative Commons que he adoptadola mayor parte de las veces es la que implica: 1) el reconocimiento de la autoría, 2) que no se pueden realizar obras derivadas, y 3) que no se pueden obtener beneficios comerciales. El código generado por el web de Creative Commons puede ser modificado, cosa que yo he hecho, a fin de incorporar más información sobre los créditos.
He mantenido pues en esencia el contenido del código html. El símbolo lo he venido utilizando hace cosa de tres años. Sin embargo me he encontrado que en algunas ocasiones se ha ignorado, en los dos sentidos de la palabra ignorar, la advertencia del reconocimiento de la autoría. Como mi otro blog es muy sobrio y no deja mucho espacio a las extravagancias de la inusabilidad, creo que no es una cuestión de ineficacia en el diseño o la estructura de la página sino que es una falta ajena y de netiqueta. 
He visto textos de Álbum del tiempo en webs de skrapers pero se ha de decir que estaban siempre enlazados a la fuente original. Alguna vez he descubierto alguna apropiación intelectual incluso de textos completos y no solo de mis neologismos o metáforas.  Eran propiamente plagios. Por mucho que pueda sorprender hay apropiadores intelectuales entre algunos periodistas, pésimos editores (publishers)  e incluso algún bibliotecario. En Barcelona vivimos una sentencia favorable a una bibliotecaria que tenía una causa por plagio, y que la ganó, en segunda instancia pero la ganó.
Que yo sepa, en las causas por plagio o por manipulación de la propiedad intelectual (con incumplimiento del contrato), en los juicios nunca ha intervenido un perito bibliotecario, y es un tema que está siempre llevado por profesionales de la abogacía, algunos de ellos especializados en el tema. Por ley ahí tenemos un lugar, pero no lo hemos ocupado.
Anécdotas aparte, que menciono por el gusto o disgusto de probar que tengo alguna experiencia, el hecho es que hay una cierta tendencia con mucho peso en las redes sociales, que es la de oponerse abiertamente a los derechos de autor. Que es un tema que interesa mucho se demuestra por el hecho de que la Plataforma Democracia Real Ya o el movimiento que se  originó el 15 M, en su manifiesto, tiene un primer punto de los siete de su articulado, de libertades ciudadanas y democracia participativa donde se propone:  “No al control de internet. Abolición de la Ley Sinde.”
Desde mi punto de  vista como bibliotecaria y como escritora, considero que la libertad de la información y de acceso a la cultura es un bien precioso, pero que se han de respetar los derechos de los autores y de explotación, sin que estos sean abusivos. No me parece que coarte ninguna libertad, por libérrima que sea, la citación. Alguien pensara que el afán por la propiedad intelectual es pueril, absurdo, individualista o extremadamente liberalista. Tal vez en la Edad Media los artistas querían trabajar anónimamente o asalariadamente. Tal vez no les importaba ver inscritos en los magníficos sitiales de los coros los nombres de los burgueses que los habían pagado mientras ellos estaban en la sombra, pero en la Época Moderna las condiciones son diferentes. Creo por otra parte, por lo que respecta a los abusos, que se puede encontrar un punto entre el lucro desaforado y la piratería, entre la degeneración y la barbarie. 
Dudo mucho que los metadatos de la licencia Creative Commons disuadan a nadie. Tal vez es un recurso bueno contra los skrapers masivo y a favor de la gente más considerada o informada. En algún momento Yahoo ofrecía en la búsqueda avanzada la posibilidad de limitar la interrogación a contenidos Creative Commons, pero tanto por lo que toca al buscador en inglés como en español no encuentro en la actualidad esta opción y pienso que ha sido desactivada.
SafeCreative es muy válido para los que deseamos y necesitamos tener constancia de haber hecho un registro de una obra y con la fecha exacta. SafeCreative implica no solo  registrar un texto o una imagen o una grabación sino que los asocia a la cuenta de una persona que está identificada –con un pseudónimo o no- y validada, todo sin desviarse del principio de la gratuidad y con la ventaja de ser internacional, no local o asociada a un territorio y a una jurisdicción territorial.
Funciona en un entorno muy asimilado a las redes sociales y es fácil de usar. Además preve la búsqueda  de materiales registrados e incluso descargar los que lo permiten, comprarlos, etc. También permite generar un actualizador RSS de una consulta o de una cuenta, cosa que es muy interesante para usos secundarios.  En la pestaña de herramientas se puede descargar un botón para el navegador que permite registrar más rápidamente textos, etc., desde la propia URL.
Las cuentas gratuitas de SafeCreative permiten registrar 50 obres cada mes y 2 Gb. Hay la posibilidad de acceder al servicio Premium y otros, con más capacidad de almacenamiento, asistencia jurídica, etcétera. El certificado sobre la condición de cada obra registrada lo puede obtener cualquiera, además de los autores, y lo envían por correo-e en formato pdf. Todas las operaciones realizadas en el registro generan informes que el usuario recibe en su correo automáticamente una vez al día.
Desde mi particular punto de vista aconsejaría adherirse al “movimiento” Creative Commons, para apoyar una visión cívica, abierta y sin dificultades, inmediata. Pero, al mismo tiempo, aconsejaría registrarse a SafeCreative porque es más seguro y da más servicios. Como las dos licencias son compatibles las podemos utilizar simultáneamente y beneficiarnos a la vez de sus ventajas.
Recientemente, hace unos diez días, SafeCreative ha desactivado la posibilidad de registrar url, de manera que actualmente solo es posible subir archivos (en diversos formatos) o bien introducir un texto en la ventana al uso, que incluye un campo de título y otro para la obra propiamente dicha. Lo que desconozco es si las obras registradas por su url son registradas en la versión en la que se registraron la primera vez o si enlazan a la versión ulterior.


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12/5/11

La Guía legal para blogueros y podcasters

ace unos días o unas horas, como se prefiera, tuve que referirme a la entrevista que le hizo Jean Rivette a Jean Renoir sobre el cine como arte y sobre el futuro del cine. En la entrevista nos solazamos en el hecho de que la belleza es evasiva, evita ser reproducida. Lamentablemente, los anglófonos y en general la gente que carece de una formación básica humanista ignora –en los dos sentidos de la palabra ignorar que reproducir no significa “play” sino que significa re-producir, "volver a producir". Otra cuestión de la entrevista a la que apenas le pude conceder la atención debida fue al hecho de que no estaba datada. Tuve pues que deducir su datación por el corte de la americana de Renoir, su aspecto físico, alguna referencia de la Wikipedia al quehacer de Jean Rivette, que por cierto trabajó para Jean Renoir en el cine, y poco más. La fecha no es una tontería porque como ya vimos hace otros tantos días no es lo mismo morirse después de que se jugara la Copa del Rey que antes. Así que probablemente la fecha de la entrevista era la de 1966.
De manera que podríamos empezar a ir diciendo que la tecnología, además de inducir a la decadencia del arte trastoca los oficios. Y que yo nunca voy a admirar a quien haga una “o” con un canuto por redondita que le salga. Es que me es igual. Hay colegas míos, se llamen “bibliotecarios” o “documentalistas” o webmasters que están puestísimos en los mil y un cacharritos del armamento internacional pero que ignoran en los dos sentidos de la palabra ignorar cuestiones que toda la vida nos ensañaban en los 6 primeros meses de carrera como por ejemplo el peso que debe de soportar un estante con libros o qué hay que hacer con lápiz y qué no y que el Cello está prohibido. Los detalles, que parecen manías, son importantes, como bien acabó por saber el armador del Titanic y cualquier trabajador que instale, por un decir, un inodoro.  Por ejemplo, cuando archivamos documentos en un bibliorato (esto es, el típico A/Z con dos anillas) los insertamos despues de haberlos perforado debidamente de manera que todos queden alineados y las hojas presenten el aspecto de un bloque rectangular limpio, un pilón en fajo. Perforarlos al buen tuntún puede parecer más fácil, muy libérrimo, muy líquido y muy desembarazado, pero si por alguna razón hay que transportar ese bloque o una parte a otro bibliorato porque ha crecido o lo que sea, habrá que cuidar de que los agujeros guarden la alineación o tendremos que archivar los documentos uno por uno, tal y como los perforamos en su día sin usar la regla. Eso en un archivo de 400 documentos no tiene más importancia, pero en uno de 40.000 sí. De manera que todo o muchos detalles, que no manías ni arbitrariedades, tiene su razón de ser, aunque desde nuestra ignorancia no sepamos advertir las razones.
Todo esto para lamentar que el documento al que me voy a referir, la Guía legal para blogueros y podcasters, no aparece datado en su lugar y solo puedo decir que desconozco otra versión más actual que la que enlazo e incluso otros trabajos en la misma dirección. En consecuencia, esto es lo que hay y no podemos menos que agradecer que los 8 abogados que lo prepararon nos lo hayan participado tan generosamente. Por alguna razón que ignoro, mi interés por las palabras me llevaron a la Filología y a la Bibliología, pero me podrían habr llevado al Derecho, que es junto con los púlpitos uno de los últimos reductos de la oratoria clásica. El Derecho me parece una disciplina vigorosa y que se propone no empeorar las cosas, que dirime conflictos en los que se agotaron otras vías y la convivencia normal.
Días atrás me referí a como se conculca en la red además del derecho a la propiedad intelectual (y sus deberes, y no solo los morales sino también los de explotación), el derecho a la intimidad. Sea por descuido, sea por mala fe, sea por ignorancia (en los dos sentidos, etcétera), el caso es que los amigos de lo ajeno viven en su momento de esplendor con el copy/paste, el retweet y todo cuanto se les ocurre menos trabajar.
El documento al que a partir de ahora me voy a referir, la Guía legal para blogueros y podcasters, no está paginado, por lo que si lo imprimen lo mejor que pueden hacer además de leerlo atentamente es graparlo.
Después de los preliminares, el epígrafe 1.1. da consejos sobre el dominio donde hospedar el blog y sobre el nombre del dominio en particular. Los autores de la Guía nos recuerdan que el ordenamiento afecta tanto a blogs cuya relación contractual del dominio con su alojamiento no tiene supone una contraprestación monetaria como a los que sí. Es decir, por el hecho de alojar nuestro blog en un servicio gratis de la Web 2.0. con un nombre pseudónimo, eso no nos exime de obrar conforme a la ley.
El epígrafe 1.3. enumera los problemas más recurrentes:

  1. Ataques a la intimidad personal, el honor y a la propia imagen de las personas.
  2. Incumplimiento de la Ley 15/1999 de 13 de diciembre de Protección de datos de carácter personal
  3. Vulneración del Real Decreto Legislativo 1/1996, que refunde varios textos sobre la propiedad intelectual. Y aquí los letrados se refieren no solo al fundamento jurídico del asunto sino también a aquella "netiqueta" o etiqueta de la net por la cual lo correcto y lo gentil es citar la autoría de una obra. Nos recuerdan que las apropiaciones intelectuales suelen darse en los blogs o contra los blogs suelen afectar al orden civil y no al penal, debido a que no se hacen con ánimo lucrativo. De todas formas, me figuro que si con ello perjudicaran intereses económicos o crearan perjucios a terceros seguro que serían encausados por lo penal.
  4. Problemas de la propiedad industrial y de competencia desleal.
  5. Suplantación de la personalidad.

Hasta ahora yo ya me atrevo a decir que de todas las tropelías enumeradas la que me parece más inquietante y preocupantes es la de la suplantación de personalidad, que por otra parte abunda en Facebook y ya no digamos en las páginas de contactos y de pornografía. Sé de algún caso y contra todo lo que pudiera creerse casi agradezco haber tenido esas ocasiones puesto que me han permitido cuestionar sistemáticamente la existencia de personas que no conozco en la realidad no virtual.

Por alusiones en este mismo blog en lo que respecta al punto 3, hay que recordar que la legislación define dato personal como "cualquier información numérica, alfabética, gráfica, fotográfica, acústica o de cualquier tipo concerniente a personas físicas identificadas o identificables". Así que eso de poner fotos según cómo y para qué no se puede hacer así como así. No obstante tengo la sensación de que hay sutilezas, detalles, de la intimidad personal que hay personas que solamente comprenden cuando usamos el ejemplo de niños (de sus niños, para ser más exactos) y que hay que recurrir a golpes de efecto como la pederastia para que les llegue a la corteza gruesísima de su abotargada sensibilidad jurídica.

A través de la Guía nos enteramos de por qué el Boletín Oficial del Estado sí puede publicar nuestro número de DNI, cuando hace pública por ejemplo una adjudicación de plazas en la función pública. Lo que desconozco es si se pueden colgar edictos con morosos, sus nombres, etcétera. A mí me parece más que indecoroso enterarme de quien está tieso, pero ahora ese es otro tema. En cualquier caso para dar este por enunciado baste con añadir que por publicar información personal sin el conocimiento del afectado las sanciones oscilan entre 6.000 € y 300.000 
Con respecto al punto 3, de la propiedad intelectual, hay que señalar el detalle sobre el que en este blog se reparó días atrás y es el de que la ley no establece distinción sobre la forma en que se presenta un texto o lo que sea que es objeto del Derecho. Esto es, no importa si un texto está escrito con pluma de ganso o si está en bitios y watios. Hay que decirlo porque hay gente que le concede más valor a la pluma de ganso que a nada y otra que se piensa que en las verdes praderas de lo virtual puede hacer lo que le venga en gana. Ni una cosa ni la otra.Queda claro por otra parte, de acuerdo con el RDL 1/1996 mencionado que solamente el bloguero puede comunicar públicamente su pobre blog. Es decir, cualquier "difusión cultural" que se haga en otro blog o donde sea -sin importar el medio o soporte físico- conculca el articulado de derechos de explotación y es ilegal además de despreciable. Eso, claro está, a no ser que el autor ceda expresamente sus derechos de explotación (ostentando una licencia Creative Commons que lo explicite). Pero que un blog saque contenido de otro -y no me refiero al RSS o generador de actualizaciones- y que lo haga al amparo de una licencia Creative Commons no quita para que deje de respetar la autoría o cualquiera de las condiciones que muestre la licencia, que suele ser mencionar la fuente del refrito.
Aunque el resto de la Guía trata de temas muy interesantes y ya en el ámbito de la Criminalística, como la responsabilidad civil y la responsabilidad penal, les remito al texto íntegro, puesto que por el momento aquí no se ha incurrido en ninguna falta ni delito y no solo somos honrados sino que además se nos supone.


Fotograma de la película "The ghost writer" (Roman Polanski, 2010), "El negro".

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27/4/11

La velocidad y el tocino

"Para mentir se necesitan dos: uno que mienta y otro que crea."
Homer Simpson

arece que los dos focos de atención estos días, además de los  cinco millones de trabajadores desempleados, es la boda de Guillermo de Inglaterra y el partido Madrid-Barça de esta noche. Y sin embargo a mí me ronda otro tema. Estos días circula por las redes sociales una petición dirigida al Parlamento europeo a la que adherirse para frenar la implantación de la DIRECTIVA 2004/24/CE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO  (*) con vigencia a partir del próximo 30 de abril. De la petición hay una traducción automática lacerante en un enlace de Gaia Health y, en resumen, se clama por los derechos civiles y la libre elección de los remedios para cuidar la propia salud.
Aunque he firmado la petición, de la lectura de la Directiva no se extrae nada que parezca nocivo contra los derechos civiles puesto que vela por la calidad, la seguridad y la eficacia de los llamados medicamentos tradicionales a base de plantas. El hecho de que  en el artículo 9 se mencione la constitución de un Comité en el seno de la Agencia Europea para la Evaluación de Medicamentos y que se determine que este “debe estar compuesto de expertos en el ámbito de los medicamentos a base de plantas” es, al menos desde la buena fe, un garantía de que no se trata de una coartación de los derechos civiles o la imposición del punto de vista de la medicina llamada “científica” con el objeto de asegurarse su monopolio sobre la salud de los seres humanos y de los animales. He firmado sin embargo para que se tome en consideración la petición y se pueda valorar el impacto de una parte de la opinión.
No estoy lo suficientemente empapada de todo lo que acarrea esa Directiva como para formarme una opinión y menos para emitirla, pero lo que me resulta llamativo es el término “medicamentos tradicionales a base de plantas”. El lenguaje de la legislación es extraordinariamente figurativo pero fulminante. Por una parte, está bien que se asimile la fitoterapia a las mismas leyes que rigen para el consumo de fármacos, alimentos, cosméticos que la piel puede absorber, etcétera. No puede permitirse que en un bazar nos vendan pasta de dientes tóxica o fideos de cera que no han pasado ningún control y que no lo “pasarían” ni con la intercesión de toda la corruptela del mundo. No se puede ni se debe. Lo que no me parece tan claro es que se asimile el término medicamento y veo que ahí es donde hay el baile de los derechos civiles y  parte del resquemor por parte de los que practican las medicinas llamadas alternativas.  Me he acordado del tratado de Celso y de aquel epígrafe que aquí reprodujimos, donde traduje ac neque medico neque iatroalipta egere con la frase de mi cosecha “y no tiene necesidad ni de un médico ni de un remediero” porque la verdad es que no he encontrado en nuestra lengua que se use la voz yatrolepta ni nada que se le parezca y que remita a los que curan y lo hacen no desde el ejercicio profesional de la medicina oficial sino desde otros fundamentos terapéuticos.
Es decir, la idea que pretendo introducir es la de rechazar o al menos cuestionar esa otra idea de que la salud sea un monopolio de la medicina "científica". Y esto lo afirmo a sabiendas de que cada vez es más común ver como algunos de sus más acérrimos representantes se incomodan mucho cuando otros profesionales hablan de la salud. De esta manera no es extraño ver como desde el Qi Gong, el Yoga, etcétera, no está permitido invocar la palabra "salud" sino que como mucho se nos deja hablar de "bienestar" y -más concretamente- de "un cierto bienestar" un tanto difuso, edulcorado y más bien propio de débiles mentales. No sé si me explico. Un profesional siempre siempre siempre respetaría a otro profesional. A mí me gustaría que verdaderamente se empleara el llamado método científico para valorar las virtudes del polen de abeja, por ejemplo. No hace mucho leí un blog en el que se ridiculizaba el uso del polen de abeja -que dicho sea de paso para mí ha sido el único remedio factible contra la tensión baja (y los he probado todos)- sencillamente porque a los enfermos anticoagulados les aclara más aún la sangre. Curiosamente es raro que se comenten fuera de las publicaciones "científicas" las desventajas e interacciones de la anticoagulación y sus excesos. De la misma manera que las cloacas de Barcelona están llenas de antidepresivo  y restos  de ibuprofeno y paracetamol, el sistema circulatorio de demasiadas personas está atiborrado de sintrom. Es decir, en mi opinión, el problema es el sintrom y no el polen.


Osteographia de William Cheselden (1733)


En el saco de las llamadas medicinas alternativas se suele situar el Ayurveda (al cual debe mucho la medicina que nos administran, se imparte  en más de 400 universidades en el subcontinente indio y, por dar algún dato, cuenta con una farmacopea que reúne cosa de 8.000 plantas más los metales, etc.). También está la medicina china, que no es menos inmensa y venerable que la de India, aunque no tiene Cirugía y además la rechaza. Y luego se añaden toda suerte de escuelas terapéuticas para mí menores –con respecto al saber asiático- en las que lo mismo cabe la Homeopatía que las Flores de Bach que la Sofrología, la Balneoterapia y la Himnosis en general. Yo siento un interés y un respeto natural hacia la medicina india y china y he recurrido muchas veces, siempre obteniendo plena satisfacción, a la acupuntura. La primera vez que supe de la acupuntura fue a través de un neurradiólogo que se había formado también como internista en Francia. Mi amigo pudo asistir a una intervención quirúrgica en un hospital de París, con traqueotomía incluida, donde  la anestesia general se había practicado mediante unas solas agujas de acupuntura china. Y digo china porque también hay acupuntura coreana, pero no por complicar las cosas. El hecho de pretender que algo para ser científico tenga que superar un determinado tipo de prueba pseudocientífica basada en un método que simplemente está consensuado por la costumbre y la estadística o por los ensayos clínicos esos que mueven tanto dinero y tarugos, es  tan inoperante como pretender que el chino no es una lengua porque no tiene aoristo, que no lo sé porque igual lo tiene, como lo tiene el griego. Sin embargo, lamentablemente, da la casualidad de que los médicos y paramédicos que más se ceban en las medicinas antiguas de China e India y en los remedios "naturales" son en general profesionales bastante mediocres y se manejan como fundamentalistas o fanáticos.
Además de ese descrédito, que se desacredita fundamentalmente a sí mismo, lo que más perjudica las medicinas "complementarias" y tradicionales es el mal ejercicio que hacen de ellas algunos aficionados que habiendo realizado algún cursillo de 20 horas se echan al monte a sanar Roma con Santiago, Pinto y Valdemoro, la velocidad y el tocino. La Balneoterapia solo se entiende bien en aguas termales o medicinales, mientras que un spa urbano es simplemente un lugar lleno de grifos y piscinas e hilo musical pero cuyas aguas no tienen per se ninguna propiedad.
Si me dejara llevar por mis instintos haría acopio de cinco alimentos: atún, garbanzos, arroz, miel y aceite. La manzanilla también me ha recompuesto más de una vez, pero no más que el güisqui. Se suele decir que el único alimento que se ha hallado intacto en las pirámides es la miel, un poderosísimo antiséptico, un manjar exquisito. Siempre que encuentro miel pura  la compro. Había en mi anterior trabajo en el Hospital de Bellvitge un enfermero que había recibido una infinidad de sesiones de radioterapia que le habían dejado el área tratada (el ano, según tengo entendido) prácticamente a nada de la combustión y la desintegración. El único remedio que se podía aplicar y se aplicaba (uso tópico) era la miel. Le hidrataba y nutría los tejidos y no había peligro alguno de infección si es que algún animalito hubiera podido sobrevivir a una terapia tan agresiva e inhumana como lo es la de la  radioación churrusquerante. El atún no es que tenga propiedades especiales pero es que se está extinguiendo.

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25/4/11

Hacer relojes

roliferan los decálogos y las recomendaciones y toda suerte de puertas en el campo para el uso y la creación de cuentas en las redes sociales. Ayer apareció en "El Mundo" el decálogo de Twitter que ha presentado Pepe Blanco, el ministro de ¿Fomento?:
"1) Los usuarios que tratan de llamar la atención mediante insultos e impertinencias son conocidos como "trolls". Jamás hay que hacerles caso o se corre el peligro de conversar únicamente con ellos. Ante la duda, si un usuario es un "troll' o no, consultar al Observatorio en Red. Tenemos fichados a la mayoría. Don`t feed the troll.
2) Hay que emitir un mensaje positivo en la medida de lo posible. La gente en Twitter tiene la percepción de que PP y PSOE sólo arman ruido entre ellos y no hablan de temas interesantes ni cercanos.
3) Observar cómo escriben los demás antes de escribir. Familiarizarse con el comportamiento de los demás es fundamental; así como observar cómo escriben y de qué manera se comportan ellos.
4) Respeto fanático a la ortografía: Aunque sólo se disponga de 140 caracteres, escribir como en un SMS equipara a los Hoygan, los analfabetos en Internet.
5) Hay que expresarse de modo personal, pero jamás deslizar opiniones personales. A la gente le atrae saber qué opina o cómo piensa un partido político que utilice sus propias palabras. Para la comunidad de Twitter, Twitter es algo muy personal. No hay que twittear usando jerga política, pero tampoco expresar las propias opiniones. Jamás hay que ir más allá de lo expresado por nuestros portavoces, argumentarios o notas de prensa.
6) Hacer bromas o chistes. Humanizan y acercan a los demás. Sobre todo, si se hacen contestando a alguien que los haga amistosamente.
7) Responde a todas las menciones posibles y reconocer el desconocimiento en su caso. Un Twitter del PSOE no es oráculo, pero sí se dispone de mucha información que se puede proporcionar después. La sinceridad es una garantía de aceptación y un seguro contra titulares hostiles.
8 ) No somos el Gobierno, ni la Administración: Pueden hacerse acuse de recibo de los problemas que nos expresan los demás, pero no solucionamos problemas personales, ni actuamos como una ventanilla pública.
9) Poner fotos y enlaces externos de nuestros militantes y simpatizantes. A la gente le encanta que citemos a blogs o noticias en lugar de a nuestros argumentarios y notas de prensa. A veces, los demás se expresan mejor que el Aparato.
10) Preguntar todas las dudas. Siempre. Hay un equipo a tiempo completo para la Red. En el Observatorio en Red conocemos muy bien Twitter y sus usuarios. No dudes en trasladarnos tus dudas. Los patinazos en Internet no se olvidan, ni desaparecen, aun borrando el tweet. Estamos para que eso no ocurra."
Esto todo, sin entrar en detalles ni reparar en lo bien trabado y claro que sea el decálogo, me recuerda a la frase aquella de "Los niños no se tocan la nariz" que lo que indican precisamente es que los niños sí se tocan la nariz.


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24/4/11

El Museo Bibliosalud

A Ascensió Zubiri y a Roser Cruells

e entero a través del blog del SEDIC que a cuento del BIBLIOSALUD 2011 (Cádiz) celebrado este mes, han abierto un Museo Bibliosalud con las actas, las fotos, etcétera, de las jornadas que se han venido celebrando desde que  la amiga Fanny Ribes Cot organizó las primeras, en Santander, el año 1986. Sobre las organizadas el año 1987 en Barcelona remiten a un pdf con el libro de las comunicaciones y ponencias y  a tres fotos. Una de las fotos es de Jordi Serrano, que entonces trabajaba en la Fundació Puigvert y creo que es quien ha proporcionado otra de las fotos, que no es propiamente "pública", sino que corresponde a una salida que hicimos a toro pasado los del comité organizador (Isabel Astals, Rosaura Rubio, Jordi Serrano, Núria Terradas y servidora), donde fuimos a cenar al Scala y a ver cantar a María Dolores Pradera. Como digo, la foto con toda probabilidad la ha tenido que proporcionar Jordi Serrano al Museo. La otra foto -en que aparecemos Maribel Montes del Olmo, Fanny Ribes, una bibliotecaria de la Facultad de Medicina de Santiago de quien siento no recordar en estos momentos el nombre, y quien les habla-, la aporté yo a una página de Facebook (Oldfashioned Librarian) hará cosa de un año, después de haberla escaneado, y sí que muestra una escena pública, la cena de gala de las II Jornadas de Información y Documentación Biomédicas en el Hotel Ritz. 
En estos momentos y desde ya hace años, Rosaura Rubio está felizmente jubilada (hasta donde yo sé) y su participación en el comité fue inestimable y muy diversa, ejemplar en cualquier caso. Isabel Astals, que junto con Ramona Casas era uno de los pilares de la Biblioteca de la Acadèmia de Ciències Mèdiques, pienso que está  en la actualidad en la Reserva de la Biblioteca de la Universidad de Barcelona. Núria Terradas, otra gran profesional que había trabajado como Bibliotecaria en el Área General del Hospital Vall d'Hebron, se encuentra en la actualidad incluso alejada de Barcelona trabajando para el Ayuntamiento de un municipio de nuestra provincia. Recuerdo que la contribución de Lluïsa Amat, que hoy trabaja en la Universitat Politècnica de Catalunya, también fue muy considerable, aunque no figurara en parte alguna, y que las reuniones que prácticamente a semana realizamos, se hicieron a altas horas de la noche, fuera del horario de trabajo. Me atrevo a señalar esta particularidad porque si algo habría que remarcar en estos veinte años es a mi entender esa cuestión, ya que tiene un valor histórico incalculable puesto que hasta donde yo sé hoy en día es rarísimo que nadie entregue su tiempo y tanto fuera de la jornada laboral
La cuestión de la financiación de las II Jornadas fue prácticamente el único escollo que tuvimos, el primero que vencimos, y el que nos permitió poner nuestras ideas en marcha. Esta experiencia al menos a mí me sirvió para valorar qué aspectos había que potenciar en las reuniones y jornadas, si aquellos que favorecen la comunicación entre los participantes (eventos festivos y culturales paralelos), si los que se centran en la difusión, si los que impactan en un avance substancial de la materia tratada y en un compromiso hacia el futuro, etc.
Pienso que en los congresos pasa un poco como en las bodas, que siempre se quiere "superar" en medios y en todo la última a la que se ha asistido, especialmente porque va a haber invitados coincidentes. Después, queramos o no, por muy bien organizado que esté todo, hay una parte que no hay más remedio que consagrar a la improvisación y a la suerte, teniendo en cuenta por otra parte que la suerte no se improvisa, sobre todo la buena.
Para los que no estaban en los 80 por estos menesteres es difícil participarles que no vivíamos en el Paleolítico Superior o Inferior y que ya existía Medline y Embase. Por lo menos en Barcelona teníamos acceso a la base de datos de la National Library of Medicine, las bibliotecas del Hospital  de Sant Pau (Roser Cruells  y después Teresa Mas, muy queridas), la del Hospital Vall d'Hebron a través del host Dialog (Marta Jordà), la del Hospital de Bellvitge  a través del host alemán DIMDI (primero el año 1985 Rosa Espinòs y después a partir de 1986 yo), la del IQS (con el Padre Queralt) y las de algunos laboratorios farmacéuticos como Uriach, etc. Mucho antes incluso de que ese servicio se ofreciera en la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona o incluso en el Col·legi Oficial de Metges, ya existía en las bibliotecas citadas, que se podían en cualquier caso contar con los dedos de las manos.

Las búsquedas bibliográficas requerían la intervención de un experto o de alguien iniciado en los comandos de cada host, en los entresijos de la estructura de los registros de las bases de datos bibliográficas y en lo accidentado de las conexiones telefónicas X25 y X28 de la llamada Telefónica, después Telefonica y hoy Movistar. Y esta particularidad sin embargo, lejos de alejarnos de los usuarios, nos acercaba más -codo con codo- a su manera de ver las cosas y a sus necesidades reales. Al menos de esta manera lo veo yo, tras haber pasado unos años por las no menos "heroicas" latitudes de la Documentación Clínica pura y dura, y haber vuelto al mundo bibliotecario. Y, tal y como dijo Fanny Ribes en una entrevista que recientemente le ha hecho la SEDIC, "El usuario de estas bibliotecas es quien da la pauta. El profesional debe estar siempre atento a las necesidades del usuario, y sobre todo debe actuar como un radar para ofrecer en todo momento lo más actual y novedoso, o simplemente lo que demanda el usuario. Lo ideal sería ser capaz de poder adelantarse a las necesidades del usuario para ofrecerle el mejor servicio. Si la biblioteca o el centro de documentación médica no esta al servicio de los requerimientos de sus usuarios, realmente no está cumpliendo su misión. "

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21/3/11

Intervencionismo 2.0.

El pasado día 15 leo en Gencat bloc (esto es, el bloc de la Generalitat de Catalunya), un post que en la versión en castellano han traducido como Aportar conocimiento a la Viquipèdia desde la Administración. El post conmemora el décimo aniversario de la Viquipèdia el 16 de marzo de 2011 y apuesta por un lugar de la Generalitat de Catalunya como aportadora de conocimiento. En los comentarios M. F. admite que:
“El 2008 vaig crear a la DGAC un compte amb el nom ‘gencat’. Vaig editar alguns articles, bàsicament per corregir enllaços erronis i per actualitzar el domini d’enllaços cap a gencat, ja que havíem canviat de gencat.net a gencat.cat. Vaig actualitzar els enllaços que apareixien als articles de Generalitat de Catalunya, Palau de la Generalitat, Estatut… Després vaig demanar ajuda a gent de tecnologia per fer un canvi massiu amb algun programa, però no vaig arribar a materialitzar-ho, i aquí es va quedar l’experiència. Va ser interessant perquè un parell de redactors de la Viquipèdia es van esverar quan van veure que algú estava editant articles en nom de gencat. Em van demanar si era algú de la Generalitat i em van dir que no els semblava bé que es fes una intervenció oficial. Els vaig respondre públicament explicant la feina que em proposava fer i llavors van aprovar-ho, fins i tot em van dir que s’alegraven que la Generalitat es preocupés per la qualitat del contingut.”

[El 2008 creé en la DGAC una cuenta con el nombre “gencat”. Edité algunos artículos, básicamente para corregir enlaces erróneos y para actualizar el dominio de enlaces hacia gencat, ya que habían cambiado de gencat.net a gencat.cat. Actualicé los enlaces en que aprecían los artículos de Generalitat de Catalunya, Palau de la Generalitat, Estatut… Después pedí ayuda a la gente de tecnología para hacer una cambio masivo con algún programa, pero no pude materializarlo y aquí se quedó la experiencia. Fue interesante porque un par de redactores de la Viquipèdia se alarmaron cuando vieron que alguien editaba artículos en nombre de gencat. Me preguntaron si era alguien de la Generalitat y me dijeron que no les parecía bien que se hiciera una intervención oficial. Les respondí públicamente explicando la faena que me proponía hacer y entonces lo aprobaron, e incluso se alegraron de que la Generalitat se preocupara por la calidad del contenido.]
No me extraña nada que los redactores de Viquipèdia se alarmaran en primera instancia ante una cuenta de nombre “gencat”, a pesar de lo útil de la acción que se proponía la Sra. M. F. Habría que señalar dos cuestiones: una la de que alguien asuma un nombre con el que se designa a todo un ente (se le llama “sistema”, en la Viquipèdia, en un artículo del que ya casi no podremos tener ninguna duda sobre la autoría), por bienintencionada que sea la razón de su colaboración. Si en vez de ser un ente público fuera por ejemplo, no sé, la Coca-cola, probablemente la Sra. Fernández se encontraría con un problema de apropiación de identidad digital o algo por el estilo. En estos momentos no me interesa tanto determinar qué figura legal conculca como denunciar un error de buena fe.  La segunda cuestión es la de que por definición la norma de contribución recomendada en la Wikipedia es la neutralidad y el anonimato, y esto es para evitar conflictos entre personas que se pueden conocer por encontrarse en el mismo sector.
Se suele decir que una wiki es un lugar web donde las páginas son editadas voluntariamente por usuarios registrados que crean, modifican o borran un mismo texto compartido. Las wikis conservan un historial de cambios que permiten reintegrar la página a un estado precedente, ver qué usuario ha participado y controlar usuarios nocivos (que se hacen publicidad, que agregan contenido inapropiado o que violan derechos de autor). El caso que presenta M. F. es en mi opinión un caso de publicidad o de algo que se le parece mucho. Conozco redactores de Wikipedia que han sido vetados por escribir sobre por ejemplo un grupo de música en el que tomaron parte. Y pienso que probablemente nadie más bien que este redactor sabía de lo que estaba hablando y por lo tanto su contribución era preciosa, pero… Por lo tanto, parece que el hecho de que la Generalitat de Catalunya abra una cuenta institucional o algo por el estilo y haga artículos de la Wikipedia entra en conflicto con la política de anonimato de la wiki por excelencia y pone en entredicho su condición de neutralidad, libertad, etc.
Por otra parte, para acabar, aunque no puedo negar que la preocupación de la Generalitat por perseguir la exactitud de los datos es totalmente legítima, su celo por monopolizarlos sería reprobable y nos encontraríamos ante una muestra más del intervencionismo que ya tenemos por ejemplo en el léxico y en la gramática del catalán, con una presión normativista en algunos casos desmoralizadora, y en otros ramos de la vida civil.

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25/2/11

Webitis, webilitis, webonitis

stos días he estado repasando todo el panorama sobre las redes sociales y toda la... chatarrería de la Web 2.0. No, digo chatarrería por inconsciencia. En realidad la Web 2.0. no es chatarrería, pero ese apelativo lo matizaré más adelante y de momento lo dejo ahí esbozado y con todos los respetos. Precisamente creo que no hace mucho la prensa salmón (ahora no sé si fue “Cinco días” o si fue “Expansión”) distribuyeron con su ejemplar de fin de semana el libro de Enrique Dans titulado Todo va a cambiar, título que ya dije que parecía conducir a la frase de Tommasi di Lampedusa famosa que acaba “para que nada cambie”. Y lo de la chatarrería lo digo un poco, ya se verá, en este sentido, en que a pesar de todo mucho de lo que circula gracias a la Web 2.0. es más de lo mismo aunque con un aspecto flamante de nueva tecnología y sobremodernidad. Es decir, si se me permite exagerar, es mucho más moderno lo que pudo llegar a escribir Cervantes en las Novelas Ejemplares con una pluma de ganso, que lo que a veces se deja lear en Twitter o en Facebook vía smart phone wifi
Se atribuye a Alan Kay una frase referente a la tecnología que también, modestamente, voy a matizar. Alan Kay me merece como todo el mundo todos los respetos, y además mi admiración, porque es programador informático, conocedor del órgano barroco, teclista, y uno de los impulsores convencidos de los portátiles de 100 dólares para estudiantes de países en desarrollo. Kay dijo, lo cito de segunda fuente, que “tecnología es cualquier cosa que no existía cuando naciste”. En mi propia manera de ver este mundo de watios y bitios, la tecnología es toda la matraca de andróminas que yo creía necesitar cuando empecé a abrir los ojos al mundo del demonio, la carne, las mentiras y las cintas de vídeo. No, las cintas de vídeo ni existían cuando abrí los ojos ni las necesité nunca. 
Será muy difícil dejar de admitir que no estoy encantada no ya con mi blog (uf) sino que también lo estoy con muchos blogs que he conocido y en los que, haciendo uso de su condición de red social, he podido participar más o menos. También soy una usuaria asidua de la Wikipedia e incluso he colaborado en algún detallito, cosa que me ha parecido tan emocionante en su momento como cuando conseguí por primera vez en mi vida entender las operaciones con quebrados o manejar el taladro. Por decir algo. De lo que he hecho en la Wikipedia queda un rastro indeleble (que cualquiera puede leer en el historial de los artículos en cuestión) pero es felizmente anónimo, y eso rellena y satisface una necesidad íntima que yo tenía de darme así, pasando desapercibida y sin autobombo ni autoplatillo
Los repositorios de documentos (Issuu), fotografías (Picasa, Flickr), vídeos (Youtube) y presentaciones (Slideshare, Scribd), también son una satisfacción para mí cuando quiero compartir algo y más, si se me permite, cuando necesito algo que no tengo, para lo que soy un pozo sin fondo. Por ejemplo, ayer estuve en la gliptoteca de Flickr  y pude ver muchos retratos romanos y gratis et amore
Pero lo que me parece la repanocha son los llamados marcadores sociales (Delicious, Gnoss, Connotea, CiteUlike, Ma.gnolia, etc.). Seguro que hay mucha gente refractaria a todo cuanto llevo mencionado en los párrafos precedentes, y sobre todo al Facebook, que se ha convertido en un lavadero público a pesar de lo bueno que podría ser. Pero incluso los que son reticentes a las redes sociales encontrarán que son de la mayor utilidad los marcadores sociales. Yo tengo mi cuenta en Delicious (hasta ahora aún de Yahoo) y una copia en el español Gnoss. Delicious me permite guardar todas las URL que he ido acumulando y que no puedo manejar en los Favoritos del navegador ni con carpetas ni con nada. Yo sólo he juntado cosa de 250 marcadores, pero los necesito de veras y ahí estan  bien dispuestos. Cada marcador en Delicious incluye el enlace, el título y hasta unas etiquetas que le ponemos al crearlo o que el propio producto nos sugiere (indización social). Sé de un par de blogueros melómanos que si no la tienen, podrían tener ya una colección de enlaces de Youtube en Delicious y no estar locos. Y es que, no nos engañemos, Youtube no ofrece un buen buscador y las etiquetas que les ponemos la gente a nuestros vídeos son erráticas, resbaladizas y hasta absurdas. Eso por no decir nada de los títulos. Hace dos años que estoy buscando una cantante de blues antigua, blanca y guitarrista. La he buscado por activa y por pasiva. Nada. La encontré un día en Youtube, blanco y negro, y la perdí. Me estoy empezando a desesperar. 
Pues lo que hace que Delicious, Gnoss, etcétera, sean un servicio de “marcadores sociales” es la posibilidad de encontrar otros usuarios afines, concolecciones similares a la nuestra, a través de las etiquetas o buscándolos por sus nombres. Y además nuestros favoritos pueden mantenerse en privado o no, y los tenemos en cualquier ordenador porque están asociados a nuestra cuenta. 



Para quien se quiera animar, le ofrezco un vistazo a mi Delicious, que no tiene gran interés la verdad, pero para hacerse una idea ya vale. 
El término Web 2.0. proviene ya de los albores de 2004. La web precedente era unidireccional o meramente informativa, se basaba en páginas que casi no se actualizaban y que requerían conocimientos técnicos ingentes. La Web 2.0. no es tanto una novedad tecnológica como un cambio de actitud. Ha permitido a los usuarios interactuar con otros usuarios (redes sociales) o cambiar el contenido de los sitios web (inteligencia colectiva). Por lo tanto es un fenómeno social y facilita compartir información en aplicaciones de diseño centrado en el usuario. Así explicado es una maravilla, pero hay mucho ruído. Mucha información repetida. Los tipógrafos consiguieron que la lectura de los libros fuera un remanso para la mirada. Los internautas activos hemos conseguido dejar al más pintado los ojos a punto de resecarse como uvas pasas y ahuyentar a las personas que necesitan un medio más sosegado, sin tanta metralla animada.

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1/2/11

Pronombres y prohombres




aniel Irving “Dan” Rather, Jr. se jacta de haber sido el primer periodista que informó en una cadena televisiva del asesinato de John F. Kennedy. Dan Rather era el anchorman o presentador de CBS Evening News y lo fue durante 24 años hasta que se vio implicado en una caso que en la blogosfera es conocido como el “Rathergate” por asimilación con el caso Watergate que él cubrió, en el sentido estrictamente periodístico del término (no en el de “tapar”).
El post de hoy podría tratar, a partir de la viñeta que inserto, sobre dos temas:
1)      Que los blogs son injustamente subestimados a veces, y
2)      Que no es de cajón que el valor de una opinión o información dependa de quien la emita.
En la segunda opción aún podríamos ir más allá y derivar en otro subtema, el de distinguir las opiniones de las informaciones, tal y como –en un acierto sin precedentes- José Luis Rodríguez Zapatero recientemente, cuando en sus consideraciones sobre la filtración de Wikileaks referente a los embajadores estadounidenses en España declaró:
"José Luis Rodríguez Zapatero, ha considerado que las filtraciones de Wikileaks merecen "un juicio de preocupación" para los servicios de seguridad del Estado y su funcionamiento, si bien ha limitado el alcance de lo filtrado al considerar que se trata fundamentalmente de "opiniones"" (En: Kaosenlared)
Yo ahora les prometo por la salud de mi canario que no recuerdo si fue Agustín García Calvo o Pedro Salinas o Woody Allen quien afirmó que no había nada más voluble o inconsistente que un pronombre, por tener una palabra como yo distinto significado según quien la dijera. Prometo que no recuerdo quien fue. Tal vez el helenista de Lucinda. Bromas aparte, Dan Rather usó su credibilidad o prestigio, su enorme visibilidad, para pringarse con unos documentos falsificados que comprometían la reputación del entonces candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, George W. Bush. Rather había presentado dos meses antes de la elección, en 2004, en su informativo en hora punta, unos documentos falsos o falsificados con el set de la Señorita Pepis que daban a entender que Bush hijo había sido beneficiado nepóticamente por su padre para tener una hoja de servicios militar amañada a su favor. Pero...
“En un rincón de la red, en el comentario 47 de los 217 que suscitó un artículo en el Free Republic sobre la revelación de Rather en su programa 60 minutes, alguien bajo el seudónimo de buckhead escribe yo digo que esos documentos son falsos (...) pasa un documento 15 veces por una fotocopiadora y parecerán antiguos. Sus palabras fueron recogidas por dos personas, que las hicieron llegar a Scott Jonson, uno de los tres abogados que actualizan el blog Poweline. En una anotación reproducen el comentario de buckhead, que incluía algunos detalles técnicos que le hacían dudar de la veracidad de los documentos. Un lector escribe, añadiendo un par detalle que tampoco le cuadran. Un th, que marca los ordinales en inglés, y que aparece elevado, además de un apóstrofe apaisado. Ambos tendrían que hacerse a mano antes de la aparición de procesador de textos. En una segunda actualización de la anotación, recogen aún otro comunicado de un lector, copista para la Armada estadounidense dos años antes del documento aportado por Rather, con nuevos datos que hacen dudar seriamente de su verdacidad. La anotación crece con trece actualizaciones, hasta una final en la que los autores concluyen que el memorando es probablemente un engaño. Pero seguirían con el asunto en nuevas anotaciones" (Bitácora de José Carlos Rodríguez)


A causa del detalle sobre el ordinal th en superíndice, también se conoce el caso como Rathergate. Todo esto para decir que se hizo una bola de nieve o de otra cosa de otro color, marrón, y que incluso se llegó a achacar el asunto a una campaña insidiosa del propio George W. Bush. Dan Rather se debió de poner muy nervioso puesto que el 10 de septiembre de 2004 apareció en televisión junto con un ejecutivo de la CBS atacando a los bloggers y se podría decir que también a sus madres, a todos los cuales no se les podía conceder el crédito que sí se les debe a los profesionales de la información y a los prohombres de los medios. La subestima del "poder" de la blogosfera está por supuesto corregida por el embravucamiento de los grupos anónimos y pseudónimos de linchadores opinionólogos y por la cantidad de terciarismo linkador que hay al lado de un 95% de blogs muertos.
Estoy también un poco harta de que los fanfarrones superferolíticos que tienen I-Phones, que al fin y al cabo a mi estéticamente me parecen una polvera del todo a cien o de lupanar módico ceutí, se metan con nosotros, los que usamos Blackberry o Crackberry. Pues que sepan que en un momento dado en Egipto solo ha funcionado la mensajería entre Blackberries, puesto que toda la telefonía móvil e internet estaban intervenidos. Así que vale ya tanto despreciar a la gente.

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